Como os contaba en el post El Derecho Sistémico en Colombia, el pasado 18 y 19 de noviembre tuvo lugar el XXIV encuentro de la justicia ordinaria, promovido por la Corte Suprema de Colombia, con el siguiente título: Conflictos sociales y polarización: ¿Qué se espera de los jueces?
Fue un encuentro realmente apasionante. El primer día, como oyente. El segundo, como ponente. 350 jueces y magistrados de todo el país presencialmente, más unas mil personas conectadas online en directo. Todo un honor haber formado parte de este encuentro.
El día 18, se inició el acto con el himno de Colombia, que todos cantaban al unísono. Me hubiese encantado tener la letra a mano para poder seguir la melodía y acompañarles en el canto patriótico. Sin embargo, me tuve que limitar a escuchar, conmovida por el canto de tantas personas unidas en un solo corazón.
Luego, pasaron por la pantalla un vídeo donde varias personalidades de reconocido prestigio respondían a la pregunta ¿Qué se espera de los jueces? de donde se extrajeron conclusiones muy interesantes.
Tras esta introducción, el Presidente de la Corte Suprema, Luis Antonio Hernández Barbosa, hizo un discurso realmente sorprendente en una persona con semejante cargo, pues tras los agradecimientos pertinentes, dijo las siguientes palabras:
“El mundo es el producto de lo que llevamos dentro. Por eso merece especial atención la hipótesis de que los males de la sociedad sean resultado y amplificación de nuestra incapacidad de mantener relaciones sanas. Y si consideramos que una sociedad sana difícilmente podrá existir sin el fundamento de individuos sanos, se hace imperativo reconocer el valor político de la transformación individual. ” Claudio Naranjo.
Son palabras de Claudio Naranjo, pero escucharlas en boca de un Presidente de una Corte Suprema, no deja de conmoverme y sorprenderme pues, en un ambiente tan rígido como acostumbra a ser el jurídico, en una institución tan formal, ver cómo se va humanizando me hace creer que cada vez estamos más cerca de la aplicación de nuevas miradas para la resolución de conflictos.
En este encuentro siempre habían participado Magistrados o gente muy reconocida del entorno jurídico. Sin embargo, el actual Presidente, optó por elaborar un programa con una visión distinta y muy humana, invitando como ponentes al filósofo americano y profesor en Harvard Michael Sandel (escritor, entre otros, de: “Justicia, ¿Hacemos lo que debemos?” o “La tiranía del mérito”), el escritor colombiano William Ospina, Sami Storch, Naihara Cardona Martínez y Marcela Arbeláez para hablar sobre Derecho sistémico, diferentes docentes universitarios y, como no, para cerrar, dos reconocidos ex Magistrados, quienes explicaron algunas antiguas batallitas y dieron una visión actual del asunto desde su amplia experiencia. Concretamente José Fernando Ramírez Gómez contó alguna anécdota llena de humor, que hizo reír al auditorio entero.
En cuanto a nuestra intervención, la podéis ver en el siguiente enlace: Intervención de Derecho Sistémico en la Corte Suprema de Colombia 2021
“Muchas veces con la sentencia no se termina el problema. No porque los jueces no hagan bien su trabajo, sino porque hay una parte muy subjetiva sobre cómo viven las partes el conflicto.” Naihara Cardona Martínez.
En este enlace se puede visualizar la parte teórica, donde explico introductoriamente los órdenes del amor (inclusión, jerarquía y equilibrio), Sami hace una pequeña visualización y explica datos estadísticos de los resultados obtenidos en Brasil.
Gracias al Presidente Luis Antonio Hernández Barbosa, al jefe de comunicación Germán Gómez Rojas y a Marcela Arbeláez Ríos por hacer posible este encuentro donde Sami y yo acudimos sin pensarlo y disfrutamos muchísimo. Gracias por la apertura a lo nuevo, a lo diferente, y ofrecernos la posibilidad de mostrar esta nueva manera de mirar al conflicto, mucho más humana.
Una vez apagadas las cámaras para proteger la privacidad de las personas, se desarrolló una constelación familiar en el propio auditorio, que fue realmente asombrosa.
¿Quieres saber cómo fue esa constelación? ¡Aquí te lo cuento!