Tal y como introduje en el post de Derecho Sistémico en la Corte Suprema de Colombia, una vez realizada toda la exposición teórica sobre la base del Derecho Sistémico así como una pequeña visualización que lideró Sami dirigida a todo el público presencial y online, se cerraron las cámaras y ahí tuvo lugar la magia.

Me gustaría que se tome consciencia de que ha sido un evento sumamente importante, ya que es la primera constelación familiar que se realiza en una Corte Suprema en todo el Mundo. Haber formado parte, es todo un honor.

La persona que organizaba el congreso, llevaba varias semanas buscando alguien que quisiera constelar su caso ahí mismo. Por una cuestión o por otra, no aparecía nadie. Finalmente, decidimos que mejor sacar a alguien del público y así tampoco pensarían que era un teatro organizado, quitándole credibilidad. Eso sí, vinieron varios amigos del gremio, consteladores o estudiantes de la formación en constelaciones familiares, para ofrecerse a hacer de representantes.

De pronto, justo cuando subíamos al escenario, nos abordó una persona que salió “de la nada” diciendo que quería constelar su caso. Se llamaba Marcela. Le preguntamos que si conocía las constelaciones familiares y dijo que no, que era la primera vez que oía esa palabra en su vida. Le preguntamos su caso, bastante difícil, y le explicamos un poco la dinámica de cómo funcionaba una constelación familiar. Advertimos que había un público muy numeroso, además de alto rango (350 jueces y magistrados de todo el país) y que no sabíamos qué se podía mostrar allí, ya que no era algo que dependiera de nosotros. Sin embargo, no dudó ni un solo segundo en responder un SÍ bien grande: quería realizar el trabajo personal y no le importaba exponerse. Un gran acto de valentía por su parte.

Así pues, hicimos nuestra exposición teórica y luego, apagamos las cámaras: la constelación sería solamente para aquellos que estaban presencialmente en el Teatro Colón. El caso era el siguiente:

Cuando Marcela tenía siete años, su papá murió en un accidente. En ese momento, la mamá estaba embarazada de la hermana. Ese fallecimiento fue el viernes y el lunes, la mamá dio a luz a la hermana, por lo que no se pudo elaborar el duelo. Al cabo de siete años, en el año ’95, a la hermana le detectan un aneurisma cerebral y fallece. Diez años después, en el 2005, su mamá sale a trabajar y desaparece: nunca vuelve. A día de hoy, en el año 2021, sigue sin tener noticias. El caso está en los tribunales y no ha avanzado ni un solo milímetro, lo que le produce una gran angustia: en poco tiempo ha perdido a su papá, su hermana y su mamá, sin explicación aparente.

Con este planteamiento, Sami le pide que saque a dos representantes: uno para ella y otro para su mamá. ¿Cuál fue nuestra sorpresa? Que habiendo traído representantes para hacer el trabajo, ¡salieron dos espontáneos del público! Un juez y una jueza. Nos quedamos anonadados, de la predisposición que mostraron semejantes personalidades al participar en un proceso tan diferente y en un lugar tan expuesto, frente a tantas personas. Estupendo, ahí empezó el trabajo. La representante de Marcela le preguntaba a la representante de su mamá “¿Por qué me dejaste sola?.” Después de un rato moviéndose por el escenario, salió un tercer personaje: su papá. Este la abrazó fuertemente y le decía: “yo te protejo”. La representante de Marcela lo miraba, y le sudaban las manos. Observábamos a la Marcela real, que se encontraba sentada entre el público, y también se frotaba el sudor de las manos. ¡Hacían exactamente el mismo gesto!

Poco a poco, fueron sacando más personajes: el secuestrador, el fiscal, el juez, pero no aparecía ningún movimiento de solución. El fiscal perseguía al secuestrador por el escenario. El juez, estaba inmóvil sin saber qué hacer. El representante de la mamá, arrodillado en el suelo en un rincón tapándose la cabeza. La representante de Marcela, abrazada al representante de su papá. Entonces, Sami me pidió si podía salir representando el secreto. ¡Por supuesto! Así que me dispuse a salir, representando al secreto, y me ubiqué de rodillas, junto al representante de la mamá, también tapándome la cara. En la misma postura.

Con esta imagen, Sami invitó a la Marcela real a subir al escenario, para ver si se generaba algún nuevo movimiento. Ella se puso frente al secreto e hizo una gran reverencia. Empezó a llorar muchísimo, con un verdadero sentimiento de humildad, y el secreto se levantó. Ahí, yo como secreto, sentía la necesidad de que ella viniera y me abrazara. Así fue: después de varias reverencias, se acercó y nos dimos un abrazo tan fuerte, que días después todavía guardo la sensación. El abrazo de la imagen de este post, es el real.

Se acercó y nos dimos un abrazo tan fuerte, que días después todavía guardo la sensación.

Parece que esa maravillosa sensación no fue solo para mí, sino también para Marcela, ya que al día siguiente, me localizó en instagram para compartir su experiencia y dijo lo siguiente:

“Buenos días Naihara, discúlpame el atrevimiento de escribirte, soy Marcela la persona del ejercicio de constelación del día de ayer. Solo quiero agradecerte por tu intervención y por ese abrazo de amor que de verdad sentí dentro de mi corazón. No tenía ninguna expectativa del tema y realmente, lo sentí y viví de una manera como que todo lo que yo tenía en subconsciente a través de estos años se hizo real allá en ese auditorio con la intervención de las personas. Gracias por ese regalo tan bonito.

Gracias de verdad. Tengo una sensación en mi corazón diferente desde ayer que no sé cómo explicar y la tengo desde el momento en que tú me abrazaste. O sea, esto es muy fuerte para bien.

Toda la experiencia fue un regalo muy bonito que la vida tenía preparado para mí y tu intervención la sentí muy profunda y genuina. La atesoraré con mucho amor el resto de mi vida”.

Muchas veces no se trata de resolver el problema, pues jurídicamente, no siempre es posible. En este caso, un caso muy duro aunque muy común en Colombia debido a su historia de guerrillas, se trata de poder poner en orden, asentir a los secretos o las lealtades, lo que aporta una sensación de paz que no obtendríamos con ninguna sentencia. Y este es el objetivo del Derecho Sistémico: cambiar la vibración en el corazón para poder vivir mejor internamente.

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