Como ya comentamos en el post “El divorcio no es sólo un proceso legal“, ir a juicio siempre debe ser la última opción, pues es como poner a disposición un ring de boxeo, por lo que las relaciones se deterioran muchísimo siendo muchas veces difícil de revertir a una relación amigable, pues el dolor causado es muy grande.

Un juez, es una persona que sabe muchísimo de leyes, y que ha llegado donde está, habiéndose pasado una media de 3 años a jornada completa encerrado estudiando en una habitación, lo cual denota que es una persona con gran capacidad para memorizar, pero no necesariamente esto garantiza que sea una persona con empatía y conocimiento del comportamiento humano y mucho menos con conocimientos sobre las etapas evolutivas de un niño, como para estar decidiendo sobre qué es lo mejor en un caso de divorcio.
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Por todo ello, muchas veces nos vemos con una sentencia imposible de cumplir porque el juez no ha podido captar la totalidad de nuestra vida o de las necesidades de la familia, bien porque no ha sido capacitado en este aspecto, o bien porque los aspectos de la vida son tantos que es imposible contemplar cada situación en un proceso judicial.
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Después de todo el desgaste en tiempo, dinero y malestar que supone un juicio, te quedas con una sentencia que nunca resultará satisfactoria para ninguna de las partes (ni siquiera para el supuesto ganador porque de alguna manera se sentirá culpable aunque no lo reconozca), por lo que esta siempre debería ser la última opción. Y ya no sólo insatisfactoria, sino que en muchos casos resultará de difícil o imposible incumplimiento, lo que derivará en posteriores ejecuciones de sentencia y más juicios, eternizando el conflicto.
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“La del conflicto también es una industria, pero no es la que quiero que haya en el mundo que quiero vivir.”
Naihara Cardona.

Mi recomendación siempre será que te pongas en manos de un profesional que evite por todos los medios ir a juicio, pues siempre va a ser más barato, vas a tardar menos, evitarás malestar y será muchísimo más duradera la decisión que se tome de mutuo acuerdo.

Hay gente a la que con sólo oír la palabra “abogado” se le encoge el estómago y lo entiendo, porque históricamente ha sido un sector muy bélico. Pero ya es hora de cambiar esta industria del conflicto. Y cada vez somos más profesionales en esta línea. ¿Quieres conocer una nueva manera de enfocar los problemas para resolverlos sin pasar por el juzgado?
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Os dejo también un vídeo con María Martínez de Espai dodecaedre, para aquél que le apetezca escuchar el divorcio desde el punto de vista de las constelaciones familiares:
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