NAIHARA CARDONA MARTÍNEZ

¡Derrotar al otro!

Esto es lo que a mí me enseñaron en la facultad de derecho y siempre me generó malestar…

Hasta el punto de querer dejar mi profesión.

Todo cambió cuando empecé a aplicar las constelaciones familiares al derecho y entendí el origen real de los conflictos que defendía.

Naihara Cardona

Una sentencia favorable
no siempre significa la solución del problema...

Después de licenciarme y empezar a trabajar como abogada era habitual que:

  • Le dijera a mi cliente que hiciera “x” y no me hiciera caso.
  • Me desgastara intentando llegar a un acuerdo y no hubiera forma posible…
  • Los plazos me comieran y pareciera que no tuviera vida, sin tiempo para mi…
  • Tras ganar un caso, veía que el problema persistía sin saber ya qué más hacer…
  • Algunos casos se enquistaban y duraban años y años sin solución aparente…
  • Algunos clientes, después de haberles dedicado muchas horas, no querían pagarme…

Si como yo en el pasado, sientes que la práctica de tu carrera como profesional del derecho te está consumiendo.

Si te has dado cuenta que en la facultad de derecho, no nos enseñan a resolver problemas y a buscar soluciones que aporten paz a las partes en conflicto, cuando ese debería ser el principal propósito de un abogado.

Si igual que yo sientes que en la facultad te enseñaron a litigar, a derrotar al otro, a defender a tu cliente cueste lo que cueste. ¡A buscar jurisprudencia para defender tu caso!

Y si tú también sabes que una sentencia favorable, no significa la solución del problema.

Hasta que llega el día en que descubrimos que es posible hacerlo diferente, y que si cambio mi mirada, transformo mi realidad.

"Todo cambió cuando conocí el derecho sistémico "

Naihara Cardona - Derecho sistémico

¿Y si te dijera que es posible ejercer de otra manera más liviana?

Me llamo Naihara Cardona Martínez, soy abogada y hace un tiempo, me sentía exactamente igual que tú.

Empecé a estudiar derecho porque pensaba que podía paliar parte de las injusticias que había en este mundo, lo que me llevaba a agotarme luchando por defender los intereses de mis clientes.

Esto me resultaba agotador, pues luego me daba cuenta de que los clientes muchas veces no me hacían caso y complicaban la situación o era una guerra encarnizada contra el otro abogado, los plazos y el sistema de justicia que me hacía llegar a la conclusión de que me había equivocado de profesión y todo aquello no iba conmigo. Era estresante y agotador, además de muy frustrante.

Pero todo cambió cuando conocí el Derecho Sistémico.

Fue un día de verano y hacía calor. Calor, no, ¡calorazo!

Salía de una cita con un cliente para hablar de un tema urbanístico en el ayuntamiento y, al llegar a mi coche, aparcado al sol, lo encontré como un horno.  Cogí el móvil para poner música y entonces vi ese whatsapp de mi profesora de constelaciones familiares con un enlace. Le di al link y allí había un vídeo de Sami Storch, un juez brasileño que aplicaba las constelaciones familiares en su tribunal. Lo abrí y ¡me quedé atrapadísima! Ya no sentía la temperatura dentro del coche. Yo seguía en el aparcamiento, pero, en realidad, estaba en otro sitio.

Cuando acabó aquel primer vídeo, estaba impresionada, impactada y, a la vez, sentía que ¡EUREKA! Era eso lo que yo llevaba tiempo buscando. Era eso lo que hacía unos meses no hubiera ni imaginado que podía existir. Era eso a lo que yo quería dedicarme, o, mejor dicho, de la manera en la que yo quería ejercer el derecho.

Desde ese momento empecé a incorporar las constelaciones familiares a mis casos.
Y desde entonces ya no me canso ejerciendo, no hago mío lo que no es mío, y puedo llegar más rápido a la solución o de otra manera, porque tengo más visión aún sin hacer la constelación. Hay veces que constelo a mis clientes, y otras que no.

En 2022 publiqué mi libro: Derecho sistémico, lo que no te enseñaron en la facultad y en 2023 he traducido el libro de Sami Storch al español.

¿PERO, QUÉ ES EL DERECHO SISTÉMICO?

Las constelaciones familiares son una filosofía desarrollada por Bert Hellinger que nacen como método de resolución de conflictos en grupo y el Derecho Sistémico es la aplicación de esta filosofía al mundo jurídico, desarrollado por el juez brasileño Sami Storch. 

Es una manera diferente de mirar al conflicto, un movimiento global al servicio de la reconciliación. No es una herramienta que podamos decidir usarla en unos casos y otros no, sino que una vez la integramos, nos acompaña en todos los aspectos de nuestra vida, incluido el ámbito profesional.

Con esta postura sistémica, podemos acompañar al cliente como un sistema completo y reconducirle hacia una situación de mayor bienestar, dejando a un lado la beligerancia y encaminándonos a una solución que aporte paz a todas las partes.

En lugar de centrarse en el cliente de forma individual, el derecho sistémico considera el sistema familiar y relacional del cliente en su conjunto y cómo las interacciones entre las partes de su sistema pueden estar afectando a su vida.

El derecho sistémico también se enfoca en la búsqueda de soluciones a largo plazo para problemas jurídicos recurrentes, en lugar de abordar solo los síntomas de un problema específico.

Los profesionales del derecho que ejercen su trabajo de forma sistémica buscan comprender y mejorar el sistema legal en su conjunto, para que el sistema judicial sea más justo y equitativo.

Webinar gratuito: Derecho sistémico, lo que no te enseñaron en la facultad

Si quieres acceder al webinar gratuito “Derecho sistémico: lo que no te enseñaron en la facultad” y descubrir los conceptos generales de las constelaciones familiares aplicadas al derecho suscríbete a mi newsletter rellenando este formulario…

Un coach jurídico o legal y un profesional del derecho sistémico

NO son lo mismo
profesional del derecho sistémico

La figura de un coach en derecho, conocido como “coach jurídico” o “coach legal” es un profesional que brinda asesoramiento y orientación a abogados, estudiantes de derecho y otros profesionales del ámbito jurídico, para ayudarles a mejorar su desempeño y alcanzar sus objetivos.

El coach jurídico no ofrece asesoramiento legal, sino que se enfoca en el desarrollo personal y profesional de sus clientes.

Por el contrario, un profesional del derecho sistémico aplica el enfoque sistémico para resolver problemas legales y sociales.

A diferencia de un abogado tradicional que se enfoca en un caso específico, el abogado sistémico trabaja en resolver los problemas jurídicos a nivel sistémico, es decir, considerando los sistemas e interacciones que subyacen al problema legal.

El abogado sistémico tiene en cuenta las causas ocultas de un problema supuestamente legal y busca soluciones que aborden estas causas, en lugar de simplemente abordar los síntomas.

El abogado sistémico también puede ayudar a sus clientes a identificar las dinámicas de poder y desigualdad que les producen malestar y diseñar soluciones que le lleven hacia una solución más equilibrada, más equitativa.

Curso de
DERECHO SISTÉMICO

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¿Alguna vez te has preguntado cómo las dinámicas familiares pueden influir en la práctica legal?

¿Quieres aprender a aplicar técnicas conscientes para comprender las complejas interacciones dentro de una familia y cómo estas pueden afectar el resultado de un caso legal?

Trabajar para la justicia es una tarea emocionalmente agotadora, especialmente cuando se trata de casos que involucran a familias.

La tensión y los conflictos familiares pueden ser complicados de manejar, y puede ser difícil encontrar soluciones efectivas que satisfagan a todas las partes involucradas.

En estos casos, es común sentirse atrapado y sin opciones.

Pero ¿y si hubiera una nueva perspectiva que pudiera ayudarte a encontrar soluciones conscientes y efectivas? Mi curso trata precisamente de eso.

Te enseñaré técnicas conscientes para comprender las dinámicas familiares y cómo estas influyen en los casos legales.

Descubrirás una perspectiva única y poderosa que te permitirá abordar casos familiares de una manera diferente y encontrar soluciones más satisfactorias para todas las partes involucradas. ¡Incluso para ti mismx!

En este curso aprenderás a vivir la profesión de manera más relajada y poder ver el conflicto de tu cliente más allá de lo que te está contando para poder guiarle a una mejor situación.

Si estás buscando una manera de revitalizar tu carrera legal este curso es para ti.

No te pierdas la oportunidad de transformar tu práctica y ayudar a tus clientes a encontrar la paz en sus conflictos.

¡Inscríbete ahora y prepárate para transformar tu práctica legal!

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A QUIÉN VA DIRIGIDO

Abogados, procuradores, jueces, magistrados, funcionarios de justicia, o estudiantes de derecho que crean que se puede ejercer desde otra mirada.

También va dirigido a cualquier persona que esté implicada en un conflicto legal como puede ser un proceso de divorcio, un conflicto de herencia, laboral, de propiedades o cualquier otra materia.

IMPARTE NAIHARA CARDONA

Licenciada en derecho, MBA, Máster en psicología sistémica, extensa formación en Constelaciones familiares y Derecho sistémico. 18 años de experiencia profesional en el ámbito público y privado. Autora del libro: Derecho sistémico, lo que no te enseñaron en la facultad. Fundadora y presidenta de la Asociación Española de Abogacía Sistémica.

TEMARIO DEL CURSO

HORARIO DEL CURSO

IMPORTE DEL CURSO

HISTORIAS REALES RESUELTAS APLICANDO EL DERECHO SISTÉMICO

el chico de las arras

El chico de las arras

Un caso muy sencillo, que duró 4 años…

Ese chico me contactó porque se iba a comprar un piso, pagó unas arras, y al final vendieron el piso a otra persona, pero no le devolvieron las arras…

Entonces teníamos derecho a reclamar las arras por duplicado.

Presentamos una primera demanda en 2017. Por culpa del procurador, se pasó un plazo y tuvimos que presentar por segunda vez la misma demanda, y era como que todo se atascaba: por culpa del procurador esto se perdía, por culpa de la inmobiliaria él no pudo comprar el piso… Era como que le pasaban cosas muy raras y no se acababa de resolver.

A este cliente no le hice ninguna constelación, pero un día me tomé un café con él y me contó que su padre murió cuando era pequeño y él se crio solo con su madre.

Me contó que siempre tenía dinero, intuí que era porque su conexión con la madre era buena, pero le echaban de los trabajos, no podía comprarse un piso, todo lo que eran las relaciones con el exterior, que sistémicamente es el padre, le fallaba y dije: pues ya está, aquí lo que está fallando es esto.

Hice el ejercicio de colocar el padre de forma simbólica: incluyendo al excluido.

Ese chico tenía un sentimiento de abandono porque su padre se marchó al cielo sin previo aviso cuando apenas tenía 6 años y él no podía comprender lo que estaba pasando.

Y a partir de ahí todo cambió.

Gané el procedimiento en primera instancia, la otra parte recurrió. Volvimos a ganar en la Audiencia Provincial, y finalmente se ejecutó en 2021.

Si yo no tuviera este trabajo personal hecho, me cargaría mucho con el “pobre chico lo que le pasa…” y me pesaría mucho la mala suerte que ha tenido.

Yo ahora no lo vivo así. La vida es como es y cada uno es libre de vivirla y aprender de sus experiencias y en el momento en que yo, como profesional, soy capaz de colocar la pieza del puzzle que falta vivo más ligera y me puedo encaminar de otra forma hacia la solución.

Un contrato de compraventa firmado en una servilleta

Lo había comprado a un señor mayor en contrato privado en un folio escrito a mano sin escritura ni registro de la propiedad.

Ese señor tenía derecho a usar la vivienda hasta su fallecimiento, y falleció.
Una vez fallecido, la señora se lo alquiló a otra persona, sin contrato firmado, de palabra, y esa persona dejó de pagar. Para poder hacer el desahucio, les pide a los herederos que por favor escrituren la compraventa y la presenten en el registro, a lo que se niegan.

Así, la mujer se vio obligada a recurrir al juez para poder formalizar su propiedad para poder después interponer una demanda de desahucio.

Después de cuatro años de procedimiento para poder escriturar e inscribir el piso, la mujer ganó el juicio, reconociéndose la validez de los contratos privados.

Cuando por fin gana y el juez da la orden de que puede escriturar e inscribir la propiedad en el registro, sale a la luz que el propietario (ahora difunto) tenía un nieto que, al heredar, había vendido la propiedad al inquilino, que sí la había escriturado y registrado.

Este procedimiento no lo llevé yo, sino otro abogado. Cuando esto pasó, la clienta me contactó y, ¿sabes qué me dijo? “El abogado está compinchado con el otro…” ¿te suena? ¿alguna vez has oído esta frase de algún cliente? Entonces yo sabía que había alguna causa más profunda que cada vez complicaba más esta historia:

Mi clienta no podía inscribir porque su inquilino había comprado y sí había inscrito”.

Y, por si fuera poco, sobre esta propiedad recaía un embargo de Hacienda… ¡Lo tenía todo!

Resolví hacer una constelación familiar para ver dónde estaba el origen del conflicto.

Para resumir, en la familia de un lado y del otro había: una persona con esquizofrenia, un narcotraficante huido de la justicia y una madre asesinada. Nada podía salir bien en un sistema así…

A partir de este momento entendí que la propiedad no era para mi clienta, sino que era para su hijo.

Determiné que a partir de ese momento tenía que hablar con el hijo y no con su madre. Él era el responsable final de ese caso y tenía que hacerse cargo de la situación, aunque en los papeles constara la madre.

Me costó dios y ayuda y al principio el hijo tenía una actitud bruta y desafiante. No quería escuchar, no quería entender. Era la típica persona que culpaba a los demás de todo pero él no tenía culpa de nada (aunque realmente fue el que hizo a su madre firmar esos contratos en un folio…) Pero poco a poco fue tomando consciencia de que era su madre la que le estaba salvando el culo y se fue transformando hasta que entonó el mea culpa y empezó a responsabilizarse de todo lo que, en parte, él estaba causando.

A partir de entonces yo le hacía tomar las decisiones al hijo haciéndole ver que había bastantes posibilidades de perder porque se habían hecho las cosas muy mal. Y hasta me llegó a decir que a partir de ahora lo quería hacer bien.

No sé qué pasará, pues todavía no ha terminado el proceso, pero lo que sí que ha cambiado mucho es la actitud de los participantes.

Con esta mirada, no se trata solo de resolver el problema, pues no siempre es posible. Pero sí se vive de manera muy diferente cuando como profesionales debemos acompañar estos procesos tan complejos, donde hay tanto dolor y se atascan sin saber por qué. Cuando sabemos el qué, el cómo llega solo, y no nos cansamos porque no nos lo llevamos a lo personal: sabemos que es el destino del cliente.

contrato de compraventa firmado en una servilleta

Todo esto son historias que a mí me dan información, me dan otra visión y trabajo de otra manera.

Qué dicen sobre mi...

TESTIMONIOS

Quería contarte que soy abogada, pero nunca me he colegiado. Trabajé 3 años y medio en un despacho, mano a mano con otra abogada, que había sido mi profesora. Con ella llevé casos de toda índole en los que vi la desprotección que se vive en muchos procesos del turno de oficio. Pero no llegué a ejercer porque no me veía litigando (a pesar de que todo el mundo me decía que se me daría genial), ni quería asumir la responsabilidad de otros (supongo que veía los procedimientos desde el triángulo, sin ser consciente de ello, y no quería estar en ninguno de los tres papeles). Total, hace 6 años lo dejé y monté un restaurante. Pero en los últimos 3, entre pandemia, maternidad y otras vivencias personales, estoy viviendo un montón de cambios a través del autoconocimiento, la curiosidad y las ganas de crecer como persona. Así, he llegado hasta el Derecho Sistémico y tu libro y he recuperado el interés por el mundo jurídico. Gracias. Un abrazo.
Adriana Juanas Cachán (España).

Hola Naihara!
Soy Inma Mas, juez de Primera Instancia y también llevo familia. Te he conocido por Ana.
Acabo de terminar tu libro y estoy super emocionada y con muchisimas ganas de conocerte porqué quiero que el derecho sistémico sea una realidad en mi juzgado. Así que te dejo mi teléfono para que te pongas en contacto conmigo. También te he escrito por privado por instagram. Un abrazo.
Inma Mas (España).

Gracias Naihara por mirar distinto y abordar una nueva perspectiva al derecho. Me interesa inscribirme al curso de derecho sistémico y aprender a acompañar a las personas en su proceso de sanación aplicando los órdenes del amor y de la ayuda. Un abrazo.
Karen Valderrama Bernabé (Perú).

Buenos días Naihara, cómo estás? Confío en que bien. He terminado tu libro y te felicito. Me ha parecido brutal y me anima a seguir profundizando con el derecho sistémico y las constelaciones familiares. Ahora me inscribiré a tu curso. Muchas gracias por poner luz en la oscuridad.
Josep Chiva (España).

Hola Naihara: Por una amiga abogada que me habló del derecho sistémico llegué a vos y a tu maravilloso libro. De más está decir que me sentí muy identificada a tus motivos para elegir esta carrera, la sed de justicia y la defensa de pobres y ausentes y contar con herramientas para reparar estas injusticias vividas de infancia. En Argentina me he especializado en el derecho del consumo, siempre desde el consumidor vulnerable, (el triángulo me aplica de lleno!), actualmente soy asesora en la Defensoría del Pueblo y ya tengo realizados los cursos de mediación prejudicial y por el duelo de mi madre me acerqué al mundo de las constelaciones familiares. El saber que se pueden integrar ambos mundos me parece tan real y fascinante que brinda un nuevo amor a la profesión condenada a un cambio radical sin duda. Abrazo fuerte desde Buenos Aires, Argentina.
Romina Wust (Argentina).

Hola Naihara! ¿Cómo estás? Mi nombre es Leonardo Fabián Dalmasso, ya sé… siempre traté de ocultar el segundo nombre pero viví una experiencia que me llevó a integrarlo. Soy abogado desde el 2002 y conocí las constalciones en 2011, participé en numerosas prácticas y este año inicié mi formación. No supe cómo integrar ambos roles, tu libro me está guiando. Gracias totales. La lectura de tu libro me remontó a pensamientos y viviecias, identificándome con incertidumbre, desasosiego de cómo vincularme con la profesión y qué impacto genera mi hacer en el mundo. Agradezco el sentido que tu libro genera en mi camino.
Leonardo Dalmasso (Argentina).

Hola, soy de Colombia a punto de graduarme de la carrera de derecho, mi mamá me regaló el libro y me ha gustado mucho. Me parece todo muy importante y también que en el derecho colombiano se este acogiendo lo del derecho sistémico (Vi algunas cosas de la Corte Suprema de Justicia), es increíble y una gran herramienta para lo que sucede acá, con un pasado complicado, que tiende a repetirse, es muy conveniente intentar sanar. Y es que también ayuda a entender situaciones y conociendo esto se puede observar un panorama más amplio, igual hay que dejar que las personas resuelvan lo suyo. Sin más, solo decirle que el libro me ha ayudado mucho tanto en lo laboral, lo académico y también personalmente, y gracias por sentarte a escribir sobre este tema y aplicado al derecho, que como decís de entrada parece un imposible, algo a simple vista incompatible pero que era una relación sumamente necesaria y que se requería de hace ya bastante tiempo.
Darwin Aranzazu Marín (Colombia).

Espero verte pronto,

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¡Conoce el nuevo Libro!

Derecho sistémico:
Lo que no te enseñaron en la facultad

En este libro explico, a través de mi historia personal, en qué consisten las constelaciones familiares y cómo se pueden aplicar al mundo del derecho, bien desde el punto de vista del profesional o desde la persona que necesita ayuda. No se trata de creerse lo que yo digo, sino de experimentarlo.

No necesitas ser jurista para poder comprender y disfrutar esta lectura, pues justamente he pretendido hacerla muy amena para que cualquier persona pueda sentirse identificada y pueda serle útil.