En este artículo vamos a explicar el primero de los 10 mandamientos de la pareja según Bert Hellinger. Aunque hemos abreviado el título por una cuestión de espacio, el primer mandamiento completo dice lo siguiente:

“Tu nombre será mi nombre, lo honro junto con el nombre de tu familia, así como lo hago con el nombre de mi familia y lo vemos unido en nuestros hijos.”

¿Quiere decir esto que si tenemos pareja nos tenemos que cambiar el nombre? Absolutamente, no. Voy a tratar de explicar el significado de este primer mandamiento de una forma sencilla para que pueda entenderlo todo el mundo, incluso aquellos que no estén familiarizados con el lenguaje sistémico.

Hoy en día existen muchísimos tipos de familia (monoparentales, homosexuales, etc.) y hoy en día, todos los tipos de familia pueden tener descendencia con independencia de su sexo o de tener o no pareja, ya que existe la adopción o los métodos de reproducción asistida, temas que trataremos más adelante. Para simplificar un poco, voy a dirigirme al modelo de familia tradicional (hombre y mujer con hijos), sin ánimo de excluir al resto, pero me resulta mucho más fácil poner ejemplos en este sentido, imagino que por mi propia condición.

En el post de Los órdenes del amor: principios básicos para la vida, ya vimos la importancia de la pertenencia, la jerarquía y el equilibrio. Partiendo de esta base que es la base de las constelaciones familiares, el significado de este mandamiento es que para que la pareja funcione debemos tomar a nuestra pareja y su sistema tal y como son, pues no te casas únicamente con tu pareja, sino con todo su sistema familiar.

No te casas únicamente con tu pareja, sino con todo su sistema familiar.

Todos tenemos una familia de origen, más o menos extensa, con más o menos relación, pero con una educación y creencias tanto conscientes como inconscientes que nos llevan a ser y comportarnos de una determinada manera. Así, cuando establecemos una relación de pareja, empezamos a ver las sombras de su sistema familiar el cual debemos tomar pues, en caso de tener hijos, también formarán parte de ese sistema familiar de mi pareja, es decir, los hijos contienen información de los dos sistemas, el paterno y el materno, y si bien yo nunca formaré parte del sistema familiar de mi pareja (el de origen), los hijos sí lo harán. Por lo tanto, honrar el sistema de la pareja es vital para la pareja y el buen funcionamiento de la familia.

Puede que estés pensando en los chistes de las suegras y todas las cosas que se dice de ellas. No necesariamente te tiene que caer bien, ni tienes que irte con ella de compras. Tomar a la familia de la pareja es un movimiento mucho más profundo que implica el asentimiento, aunque no nos guste como son los familiares de nuestra pareja en algunos aspectos, pero con el agradecimiento de que hayan dado vida a la maravillosa persona con la que hoy compartimos nuestra vida.

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